Hablar de dinero nunca ha sido fácil. En muchos hogares Colombianos, sigue siendo un tema incómodo, lleno de silencios, evasivas o incluso discusiones. Y cuando se trata de estudiantes y sus familias, esa dificultad se multiplica: ¿cómo hablar de costos, créditos, presupuestos o deudas sin que se convierta en un momento tenso?
Pero mientras evitamos la conversación, los números muestran la magnitud del problema. En Colombia, 6 de cada 10 jóvenes no entienden cómo funcionan los productos financieros básicos, según Forbes y datos del Banco de la República. Esta falta de conocimiento incide en que los los estudiantes se vean obligados a tomar decisiones económicas sin herramientas financieras.
El dinero como tema incómodo
Ahora bien, ¿por qué nos cuesta tanto hablar de plata en familia? No se trata solo de números: hay emociones, temores y hasta choques culturales de por medio. En muchos hogares, hablar de dinero es casi un tabú, y eso deja a los estudiantes sin referentes claros para aprender a manejar sus finanzas.
Algunas razones comunes son:
- Poca educación financiera en casa: si los padres nunca recibieron formación, difícilmente sabrán cómo explicarlo.
- Vergüenza o miedo al juicio: admitir que no alcanza, que hay deudas o que no se sabe administrar, no siempre es fácil.
- Choque generacional: los jóvenes hoy se mueven en un mundo digital con apps, créditos en línea y billeteras virtuales; muchas familias no crecieron con estas herramientas y la conversación se queda corta.
- Se habla solo en crisis: el dinero aparece como tema cuando hay problemas, no como una charla cotidiana.
En muchos casos, lo que empieza como una conversación incómoda termina siendo un silencio prolongado. Y ese silencio, con el tiempo, se convierte en una barrera para que los estudiantes aprendan a ver el dinero como una herramienta y no como un problema.
Lo que pasa cuando no hablamos de dinero
El silencio tiene consecuencias. Cuando no se habla de finanzas, los estudiantes terminan enfrentándose solos a decisiones que afectan su futuro. Y el resultado no siempre es positivo:
- Piden préstamos sin revisar tasas ni plazos.
- Se endeudan más de lo que pueden pagar.
- Viven con ansiedad por no saber cómo cubrir los gastos.
- En muchos casos, abandonan la universidad porque los recursos no alcanzan.
Es decir, lo que evitamos en casa puede convertirse en un obstáculo real para el acceso y la permanencia en la educación superior.
Cómo empezar a hablar de dinero en familia
La buena noticia es que no todo está perdido: abrir la conversación es posible, y puede ser más sencillo de lo que parece. Se trata de dar pequeños pasos, usando un lenguaje cercano y situaciones cotidianas que todos entiendan.
Aquí van algunas recomendaciones prácticas:
- Usa ejemplos del día a día: transporte, almuerzos, materiales. Mostrar cuánto cuestan ayuda a dimensionar.
- Haz un espacio fijo: una reunión corta al mes para revisar gastos e ingresos.
- Usa herramientas sencillas: una libreta, una app o un simulador de crédito pueden volver visible lo invisible.
- Habla de lo básico: qué es una tasa de interés, cómo funciona el ahorro, qué implica un préstamo.
- Normaliza los errores: todos nos equivocamos con el dinero; lo importante es aprender.
Hablar de dinero en familia puede ser incómodo, pero también es una de las conversaciones más necesarias. Cuando se convierte en un tema cotidiano, los estudiantes se sienten más seguros, toman decisiones informadas y tienen más posibilidades de cumplir sus metas académicas.
En One2credit queremos acompañar esa conversación: para que cada estudiante y su familia no solo acceda a la educación, sino que también tenga las herramientas para sostenerla y construir un futuro con confianza. Nuestra plataforma Finedu360 es gratuita y está pensada justamente para esto: enseñar de forma sencilla cómo manejar el dinero, entender el crédito responsable y planificar a largo plazo. Porque la educación académica es importante, pero la educación financiera también lo es para que los proyectos de vida no se detengan.
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